sábado, 21 de febrero de 2009

La niña vampira que besa al revés

Una especie de maldición se cierne sobre las chicas Lisbon. De las cinco, sólo Kirsten Dunst alcanzó el estrellato. Aquella niña vampira pasó como un rayo por las manos de Coppola y acabó besando al revés a Spiderman




En la nebulosa de sueños creada por Sofia Coppola casi todo se concentraba en el mundo hermético de las hemanas Lisbon. Un orbe en el que la maldición de la muerte rondaba permanentemente sobre la casa de Woods y Turner.
Ese universo cerrado acabó cerniéndose sobre gran parte de las protagonistas. De todas ellas, sólo Kirsten Dunst ha triunfado plenamente. A ella se la veía venir. En aquella «Entrevista con el vampiro» no era Cruise quien la hacía arder en los infiernos, sino Kirsten el que mandaba a Tom a las llamas comiéndole el sitio, la cámara y el alma mismo. A él, a Pitt y casi a Slater.
De aquella experiencia salió una promesa, promesa de actriz grande con una nominación a los Globos de oro con sólo once años. Con esa cara de pato englobada en unos ojos azules como el cielo construyó una autopista en cuya meta final estaba trabajar con los mejores. Dunst lleva en esto toda la vida pues empezó a actuar a los tres años y a los siete ya estaba trabajando con Allen, Coppola y Scorsese («Historia de Nueva York»). Un año después estaba con Tom Hanks en «La hoguera de las vanidades». Luego ya no paró.
Ha tenido tropiezos, probablemente el mayor de ellos «Wimbledon», donde si bien su revés era mejor que el del gran Bettany (algo que no es difícil) no logró alzar el proyecto ni mínimamente No obstante, ha mantenido una línea muy regular hasta alcanzar el estrellato como novia de Spiderman alcanzando la gloria con sus besos al revés al raquítico de Toby Maguire.
Al contrario que Dunst, el resto de chicas se hundió en una especie de maldición invisible. A algunas se las tragó la tierra californiana, como a Leslie Hayman (Theresa), más que nada porque no era actriz en realidad sino una amiga de Coppola que se prestó para hacer dicho papel. El resto fue viajando por el mundo del celuloide con papeles discretos en producciones de perfil medio bajo.
Otra niña prodigio
Hanna Hall (Cecilia), que también fue una niña prodigio (ya estaba sobre los platós a los ochos años haciendo «Forrest Gump»), fue la que más ha logrado acercarse a Dunst, pues después entró en la aclamada «Amy e Isabelle». Luego participó en trabajos menores y entró de lleno en el mundo de la producción. A Hall siempre le ha interesado más el mundo de detrás de la cámara que el de delante, e incluso fue primera operadora de varias películas.
Andrea Joy Cook (Mary) tuvo devaneos también menores antes de entrar en el mundo de la televisión. Ahora se la puede ver como Jennifer JJ Jareau, una de las agentes del FBI en la serie de la CBS «Mentes Criminales». A Chelse Swain (Bonnie) se la ha visto muy poco después de trabajar con la hija de Coppola. Chelse siempre ha estado marcada como la hermana de..., en este caso de Dominique Swain, la Lolita de turno que se comió, literalmente, a Irons en la película de Adrian Lyne. Ese fue un papel que casi acaba devorándole, a ella y a su propia hermana. Chelse vagó por aquí y por allá en producciones de escaso lustre («The naked ape» o «Georgia Rule») hasta lograr meter la cabeza en la afamada «The Shield», una de las series estrellas de la HBO, si bien sólo consiguió aparecer en el primer capítulo.

miércoles, 11 de febrero de 2009